martes, 16 de agosto de 2016

SEMANA 27 LA MEDICINA EN LAS ANTIGUAS CULTURAS

Leer el texto y diferenciar los avances más importantes de cada cultura


LA MEDICINA Y LAS CIVILIZACIONES ANTIGUAS
EL ANTIGUO EGIPTO

Los cuerpos momificados, pinturas murales y jeroglíficos, nos han mostrado que los antiguos egipcios sufrían las mismas afecciones que padecemos hoy en día. También nos han enseñado algunas de las prácticas ortopédicas de aquella época. Se han hallado férulas en momias, fabricadas con bambú, caña, madera o cortezas de árboles y almohadilladas con lienzo. Asimismo existen pruebas del uso de muletas, siendo el testimonio más antiguo del uso de una muleta un grabado realizado en el año 2.830 a.C. en la entrada de la tumba de Hirkouf Escena de la XVIII dinastía: hombre joven con poliomielitis apoyado sobre un báculo. Por otra parte, en varios papiros médicos del Antiguo Egipto, Ramesseum (1900 a.C.), Kahoum (1850 a.C.) y fundamentalmente en los papiros de Ebers, de Hearts y de Edwin Smith (1600 a.C.), se encuentran citas sobre prácticas relacionadas con las lesiones musculoesqueléticas. En el papiro de Ebers (1500 a.C.) se hace referencia a distintos tipos de reumatismos. El papiro de Hearts (1550 a.C.) ofrece varios casos clínicos con detalles sobre fracturas de miembros y mordeduras ponzoñosas.
Quizás la principal fuente de nuestro conocimiento sobre las prácticas de los antiguos egipcios proceda de un papiro, robado de una tumba en 1.862. Posteriormente ese papiro fue vendido a un egiptólogo americano llamado Edwin Smith, por lo que se le conoce como el papiro de Edwin Smith. Está redactado en escritura hierática y su autor es desconocido, pero se piensa que fue Imhotep, médico, arquitecto, astrólogo y primer ministro. El papiro describe 48 casos clínicos de traumatismos y comentarios sobre su tratamiento y pronóstico, incluyendo la reducción de una luxación de mandíbula, los signos de lesiones espinales, el tratamiento de una fractura de clavícula así como los signos y tratamiento de otras fracturas.
    
GRECIA
Los Antiguos Griegos pueden ser considerados como los primeros en utilizar una concepción científica del mundo. También fueron los primeros en describir en detalle su historia y progresos. El mismo Homero (800 a.C.), en su relato de la guerra de Troya, nos permite comprender el conocimiento de las lesiones en esa época y su tratamiento. La Ilíada también contiene referencias a varias deformidades musculo esqueléticas. Homero utilizó un léxico anatómico de unas 150 palabras (esqueleto –óstea-, vértebras –sphondylioi-, clavícula –kleis-, cavidad cotiloidea –kotyle-, rodilla –gony-, tendón –tenenon-, espalda –rakhis-, etc). En la Ilíada describe 147 heridas, 21 de ellas en las extremidades.
Hipócrates ( 460-370 a.C.) es conocido por haber otorgado a la medicina una metodología sistemática y científica y por haber definido por vez primera la posición y el papel del médico en la sociedad. Se han atribuido a Hipócrates 53 libros, que reunidos forman lo que se conoce como el Corpus Hippocraticum. No todas las obras del Corpus Hippocraticum son originales, perteneciendo muchas de ellas a sus discípulos. Entre las que se considera que son originales de Hipócrates destacan: "Sobre las articulaciones" -peri arthron-, "Sobre las fracturas" -peri agmon- y "Palanca" -mokhlikós-.


Hipócrates (figura 3: en el libro "La Cirugía", aparte de las técnicas quirúrgicas, especifica otros detalles como operar siempre con buena luz y en posición cómoda que permita dominar el campo, e inclusive pone atención al cuidado de las uñas del cirujano; enumera los tipos de vendajes para cada intervención y los modos de contener las hemorragias.
En "Sobre fracturas" introdujo las técnicas de tracción continua, la inmovilización con férulas, la compresión progresiva con vendajes que permitían la extensión y contra extensión de los miembros, aparte de describir de forma específica distintos tipos de fracturas y su periodo de consolidación. El tratado "Sobre articulaciones" es el más extenso; describe la luxación del hombro junto con varios métodos utilizados para su reducción. También se describe la reducción de las luxaciones de las articulaciones acromioclavicular, temporomandibular, rodilla, cadera y codo. También se describen las luxaciones congénitas y las causas de las recidivas después de la reducción.
En "La Palanca" introduce ciertas bases anatómicas sobre huesos y articulaciones y repite las normas para reducir fracturas y luxaciones. El título del libro (La Palanca) hace referencia a la mesa utilizada para reducir las fracturas y deformaciones de la columna vertebral ("scamnum"). Es de destacar que en este tratado se hace mención específica a la relación existente entre gibosidad vertebral y tuberculosis pulmonar. Con excepción de la osteología que se resume en este libro, el conocimiento anatómico de Hipócrates fue, en el mejor de los casos, elemental. Solamente se describen con cierto detalle algunas articulaciones y algunos grupos musculares de brazo y pierna.
En los escritos hipocráticos de carácter quirúrgico abundan las anotaciones sobre el material quirúrgico empleado en las operaciones (cuchillos de bronce, ligaduras, sondas de cobre y plomo). Se describen también los tipos de vendajes, el orden en que debían ser aplicados y renovados en el tratamiento de heridas, luxaciones y fracturas, y algunos aparatos de madera (banco de Hipócrates) utilizados en el tratamiento de estas lesiones.
El tratamiento de las fracturas busca la reparación de la integridad anatómica mediante la reducción y la inmovilización de la parte afectada; el vendaje inicial debía ser cambiado al tercero y séptimo días, cuando disminuía la inflamación, para reajustar la presión de las vendas, calculándose el tiempo medio de consolidación en unos treinta días. Hipócrates pone énfasis especial en las fracturas abiertas, en aquéllas con pérdida de fragmentos y en sus complicaciones. Las fracturas abiertas las trataba con pez, pomadas y compresas de vino sin vendajes apretados. Hipócrates conocía los principios de la tracción y contra-tracción y desarrolló férulas especiales para las fracturas de tibia. Según describió Monro, entre los primeros métodos para estabilizar los huesos fracturados se encuentran las vendas impregnadas con resinas, cauchos y ceras según describía Hipócrates.
Debido a sus detalles, se puede suponer que Hipócrates tuvo una amplia experiencia práctica en el tratamiento de estas lesiones. Presentó los cinco conceptos del tratamiento de las fracturas -antisepsia, vendaje, reducción, entablillado y tracción- que suplementarían o reforzarían los "poderes curativos de la naturaleza" ("vix medicatrix") que era considerada la base fundamental del tratamiento médico. En sus escritos se recogen también anotaciones de ortopedia pediátrica (entre otros, describe la corrección del pie zambo).
A pesar de esta riqueza de aportaciones al campo de la Traumatología y Cirugía Ortopédica, el logro más significativo de Hipócrates, aceptado por todos los historiadores, fue separar la medicina de la religión y la filosofia. Sus observaciones clínicas condujeron a la fundación del método científico en medicina. Pese a la escasez de datos anatómicos y fisiológicos, la escuela de Hipócrates edificó una verdadera Patología, basada en la investigación descriptiva consistente en el examen sistemático del enfermo y una inquisición de todos los factores que podían llevar a un pronóstico.
Los principios del método hipocrático son un cuidadoso estudio del paciente en su ambiente y no sólo de la enfermedad, seguido de una evaluación honesta y una actuación consciente aunque limitada, en ayuda de la naturaleza, con particular cuidado por evitar más perjuicio. Una vez recogida la información y valoradas las respuestas del enfermo, el médico de Cos y sus seguidores emitían un juicio sobre las posibilidades de curación y acerca de lo que debía hacer el paciente para curarse. Las explicaciones en función del pronóstico eran las más necesarias dada la considerable limitación terapéutica.
La evolución posterior del Corpus Hippocraticum se caracterizó por la introducción de pequeñas modificaciones y ampliaciones (sobre todo en lo referente a la anatomía) realizadas por las escuelas posthipocráticas. En lo referente a la patología osteoarticular se introdujeron pocos cambios. Los anatomistas griegos de la escuela de Alejandría, durante el siglo III a.C. presentaron algunas innovaciones. Herófilo, de quien se piensa que practicaba la disección de humanos, es considerado como el primero que distinguió componentes sensoriales y motores en los nervios y fue también el primero en diferenciar las arterias de las venas. Hegetor, también de Alejandría (100 a.C.) describió en detalle las relaciones anatómicas de la articulación de la cadera, y fue el primero en realizar la descripción del ligamento redondo.
La medicina hipocrática se difundió por todo el mundo civilizado, en primer lugar como un aspecto más de la cultura griega, y, posteriormente, unida a la cultura del imperio romano. Los tratados quirúrgicos de Hipócrates, sobre todo en lo referente a fracturas y luxaciones, fueron la técnica más avanzada por más de veinte siglos.
    
EL IMPERIO ROMANO
Desde los comienzos de la república romana existieron médicos, pero la medicina no se consideraba una profesión digna de los ciudadanos, por lo que era ejercida sobre todo por extranjeros.

Aulo Cornelio Celso (53 a.C.-7 d.C) recogió de forma enciclopédica en un texto denominado "Artes" el conocimiento médico de su época a pesar de que no era médico. En el libro IV de "Artes" se enuncian los cuatro signos clásicos de la inflamación: rubor, dolor, calor y tumor. El libro VII trata sobre cirugía y el VIII sobre las enfermedades de los huesos. Celso describió por primera vez las ligaduras. En las fracturas sugirió la utilización de férulas con vendajes de materiales semirrígidos como la cera y la pasta de harina. También describió cerca de cincuenta tipos de instrumentos quirúrgicos. Su obra fue desconocida hasta finales del siglo XIV.
Sorano de Ephesos (98-138 d.C.), perteneció a la denominada Escuela Metódica (fundada por Themison de Laodicea), así denominada por buscar métodos que facilitasen el aprendizaje y la práctica de la medicina. A Sorano de Ephesos se le conoce como el fundador de la obstetricia y ginecología, pero sus escritos abarcaron muchos campos, incluido la descripción de los síntomas de las fracturas y los vendajes.
En esta época, también alcanzaron cierto renombre algunos cirujanos de la Escuela Pneumática (fundada por Atheneo de Atalia). Entre estos destaca Heliodoros (98-117 d.C.), griego que ejerció la cirugía en Roma y que escribió varios tratados: Sobre Cirugía, Articulaciones y Luxaciones.
Contemporáneo de los autores anteriores, Rufus de Éfeso, de la Escuela Ecléctica, fue un importante anatomista y entre sus aportaciones destaca la descripción de los gangliones tendinosos y su tratamiento mediante compresión.
Durante el imperio romano, existió otra respetada figura: Galeno (129-199 d.C.), originario de Pergamo. Fue cirujano de gladiadores y adquirió cierta experiencia en el tratamiento de heridas, huesos, articulaciones y músculos. A menudo se le conoce como el padre de la medicina deportiva. Galeno, en el tratamiento de las enfermedades, prefirió dejar actuar a la naturaleza (la naturaleza se curaba a sí misma) debiendo el médico solamente ayudarla. Era partidario del masaje como preparación a la actividad deportiva y entre sus recomendaciones se encontraba la deambulación, los movimientos específicos y los ejercicios activos y pasivos como tratamiento de ciertas enfermedades. Galeno fue también un gran anatomista. Hizo una excelente descripción del esqueleto y de los músculos que lo mueven, en particular, de la forma en que se envían señales desde el cerebro a los músculos a través de los nervios. En lo que respecta a la patología osteoarticular, habla de la destrucción ósea, de los secuestros y de la reparación en la osteomielitis, llegando a realizar algunas resecciones en estos casos. Galeno fue el que inició el conocimiento sistemático de la anatomía humana aplicada al diagnóstico y tratamiento de las enfermedades: conoció la osteología por el estudio directo del esqueleto humano, y la estructura de las partes blandas por las disecciones de animales. En su texto "Sobre los procedimientos anatómicos" explica la forma de la mesa de disecciones y la técnica de estudio anatómico.
Un estudio de sus escritos demuestra que Galeno no tuvo experiencia en cirugía general, salvo por sus referencias a las heridas y algunas lesiones sufridas por los gladiadores. Se cree que fue el primero que utilizó las palabras griegas, cifosis, lordosis y escoliosis para las deformidades descritas en los textos hipocráticos. También diseñó algunos métodos para corregir tales deformidades. El enfoque principal de Galeno, desde el punto de vista de la "medicina interna" perduró prácticamente hasta el Renacimiento. La influencia de Galeno fue decisiva en la evolución de la medicina. En anatomía sus contribuciones a la osteología y a la miología fueron definitivas a pesar de partir de observaciones de animales.
El imperio romano del este (Bizancio) no sufrió el periodo medieval con la intensidad y características del medievo occidental. Bizancio conservó la estructura social, y la cultura griega hasta 1453, cuando Constantinopla cayó en manos del Imperio Otomano. Bizancio fue depositario de los textos griegos, sin que sus médicos hiciesen grandes aportaciones. Pablo de Egina (625-690 d.C.) escribió en Alejandría el "Epítome de la Medicina", consistente en siete libros basados en los textos hipocráticos. Uno de ellos, el sexto, trata de las fracturas y luxaciones.

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