LA MEDICINA Y LAS CIVILIZACIONES
ANTIGUAS
EL ANTIGUO EGIPTO
Los cuerpos
momificados, pinturas murales y jeroglíficos, nos han mostrado que los antiguos
egipcios sufrían las mismas afecciones que padecemos hoy en día. También nos
han enseñado algunas de las prácticas ortopédicas
de aquella época. Se han hallado férulas en momias, fabricadas con bambú, caña,
madera o cortezas de árboles y almohadilladas con lienzo. Asimismo existen
pruebas del uso de muletas, siendo el testimonio más antiguo del uso de una
muleta un grabado realizado en el año 2.830 a.C. en la entrada de la tumba de
Hirkouf Escena de la XVIII dinastía: hombre joven con poliomielitis apoyado
sobre un báculo. Por otra parte, en varios papiros médicos del Antiguo Egipto,
Ramesseum (1900 a.C.), Kahoum (1850 a.C.) y fundamentalmente en los papiros de
Ebers, de Hearts y de Edwin Smith (1600 a.C.), se encuentran citas sobre
prácticas relacionadas con las lesiones musculoesqueléticas. En el papiro de
Ebers (1500 a.C.) se hace referencia a distintos tipos de reumatismos. El
papiro de Hearts (1550 a.C.) ofrece varios casos clínicos con detalles sobre
fracturas de miembros y mordeduras ponzoñosas.
Quizás la principal
fuente de nuestro conocimiento sobre las prácticas de los antiguos egipcios
proceda de un papiro, robado de una tumba en 1.862. Posteriormente ese papiro
fue vendido a un egiptólogo americano llamado Edwin Smith, por lo que se le
conoce como el papiro de Edwin Smith. Está redactado en escritura hierática y
su autor es desconocido, pero se piensa que fue Imhotep, médico, arquitecto,
astrólogo y primer ministro. El papiro describe 48 casos clínicos de
traumatismos y comentarios sobre su tratamiento y pronóstico, incluyendo la
reducción de una luxación de mandíbula, los signos de lesiones espinales, el
tratamiento de una fractura de clavícula así como los signos y tratamiento de
otras fracturas.
GRECIA
Los Antiguos Griegos
pueden ser considerados como los primeros en utilizar una concepción científica
del mundo. También fueron los primeros en describir en detalle su historia y
progresos. El mismo Homero (800 a.C.), en su relato de la guerra de Troya, nos
permite comprender el conocimiento de las lesiones en esa época y su
tratamiento. La Ilíada también contiene referencias a varias deformidades musculo
esqueléticas. Homero utilizó un léxico anatómico de unas 150 palabras
(esqueleto –óstea-, vértebras –sphondylioi-, clavícula –kleis-,
cavidad cotiloidea –kotyle-, rodilla –gony-, tendón –tenenon-,
espalda –rakhis-, etc). En la Ilíada describe 147 heridas, 21 de ellas
en las extremidades.
Hipócrates ( 460-370 a.C.) es
conocido por haber otorgado a la medicina una metodología sistemática y
científica y por haber definido por vez primera la posición y el papel del
médico en la sociedad. Se han atribuido a Hipócrates
53 libros, que reunidos forman lo que se conoce como el Corpus
Hippocraticum. No todas las obras del Corpus Hippocraticum son originales,
perteneciendo muchas de ellas a sus discípulos. Entre las que se considera que
son originales de Hipócrates destacan: "Sobre las articulaciones" -peri
arthron-, "Sobre las fracturas" -peri agmon- y
"Palanca" -mokhlikós-.
Hipócrates (figura 3: en el libro "La Cirugía",
aparte de las técnicas quirúrgicas, especifica otros detalles como operar
siempre con buena luz y en posición cómoda que permita dominar el campo, e
inclusive pone atención al cuidado de las uñas del cirujano; enumera los tipos
de vendajes para cada intervención y los modos de contener las hemorragias.
En "Sobre
fracturas" introdujo las técnicas de tracción continua, la
inmovilización con férulas, la compresión progresiva con vendajes que permitían
la extensión y contra extensión de los miembros, aparte de describir de forma
específica distintos tipos de fracturas y su periodo de consolidación. El
tratado "Sobre articulaciones" es el más extenso; describe la
luxación del hombro junto con varios métodos utilizados para su reducción.
También se describe la reducción de las luxaciones de las articulaciones
acromioclavicular, temporomandibular, rodilla, cadera y codo. También se
describen las luxaciones congénitas y las causas de las recidivas después de la
reducción.
En "La
Palanca" introduce ciertas bases anatómicas sobre huesos y
articulaciones y repite las normas para reducir fracturas y luxaciones. El
título del libro (La Palanca) hace referencia a la mesa utilizada para
reducir las fracturas y deformaciones de la columna vertebral ("scamnum").
Es de destacar que en este tratado se hace mención específica a la relación
existente entre gibosidad vertebral y tuberculosis pulmonar. Con excepción de
la osteología que se resume en este libro, el conocimiento anatómico de Hipócrates
fue, en el mejor de los casos, elemental. Solamente se describen con cierto
detalle algunas articulaciones y algunos grupos musculares de brazo y pierna.
En los escritos
hipocráticos de carácter quirúrgico abundan las anotaciones sobre el material
quirúrgico empleado en las operaciones (cuchillos de bronce, ligaduras, sondas
de cobre y plomo). Se describen también los tipos de vendajes, el orden en que
debían ser aplicados y renovados en el tratamiento de heridas, luxaciones y
fracturas, y algunos aparatos de madera (banco de Hipócrates) utilizados en el
tratamiento de estas lesiones.
El tratamiento de
las fracturas busca la reparación de la integridad anatómica mediante la
reducción y la inmovilización de la parte afectada; el vendaje inicial debía
ser cambiado al tercero y séptimo días, cuando disminuía la inflamación, para
reajustar la presión de las vendas, calculándose el tiempo medio de
consolidación en unos treinta días. Hipócrates pone énfasis especial en las
fracturas abiertas, en aquéllas con pérdida de fragmentos y en sus
complicaciones. Las fracturas abiertas las trataba con pez, pomadas y compresas
de vino sin vendajes apretados. Hipócrates conocía los principios de la
tracción y contra-tracción y desarrolló férulas especiales para las fracturas
de tibia. Según describió Monro, entre los primeros métodos para estabilizar
los huesos fracturados se encuentran las vendas impregnadas con resinas,
cauchos y ceras según describía Hipócrates.
Debido a sus
detalles, se puede suponer que Hipócrates tuvo una amplia experiencia práctica
en el tratamiento de estas lesiones. Presentó los cinco conceptos del
tratamiento de las fracturas -antisepsia, vendaje, reducción, entablillado y
tracción- que suplementarían o reforzarían los "poderes curativos de la
naturaleza" ("vix medicatrix") que era considerada la
base fundamental del tratamiento médico. En sus escritos se recogen también
anotaciones de ortopedia pediátrica (entre otros, describe la corrección del
pie zambo).
A pesar de esta
riqueza de aportaciones al campo de la Traumatología y Cirugía Ortopédica, el
logro más significativo de Hipócrates, aceptado por todos los historiadores,
fue separar la medicina de la religión y la filosofia. Sus observaciones
clínicas condujeron a la fundación del método científico en medicina. Pese a la
escasez de datos anatómicos y fisiológicos, la escuela de Hipócrates edificó
una verdadera Patología, basada en la investigación descriptiva consistente en
el examen sistemático del enfermo y una inquisición de todos los factores que
podían llevar a un pronóstico.
Los principios del
método hipocrático son un cuidadoso estudio del paciente en su ambiente y no
sólo de la enfermedad, seguido de una evaluación honesta y una actuación
consciente aunque limitada, en ayuda de la naturaleza, con particular cuidado
por evitar más perjuicio. Una vez recogida la información y valoradas las
respuestas del enfermo, el médico de Cos y sus seguidores emitían un juicio
sobre las posibilidades de curación y acerca de lo que debía hacer el paciente
para curarse. Las explicaciones en función del pronóstico eran las más
necesarias dada la considerable limitación terapéutica.
La evolución
posterior del Corpus Hippocraticum se caracterizó por la introducción de
pequeñas modificaciones y ampliaciones (sobre todo en lo referente a la
anatomía) realizadas por las escuelas posthipocráticas. En lo referente a la
patología osteoarticular se introdujeron pocos cambios. Los anatomistas griegos
de la escuela de Alejandría, durante el siglo III a.C. presentaron algunas
innovaciones. Herófilo, de quien se piensa que practicaba la disección de
humanos, es considerado como el primero que distinguió componentes sensoriales
y motores en los nervios y fue también el primero en diferenciar las arterias
de las venas. Hegetor, también de Alejandría (100 a.C.) describió en detalle
las relaciones anatómicas de la articulación de la cadera, y fue el primero en
realizar la descripción del ligamento redondo.
La medicina
hipocrática se difundió por todo el mundo civilizado, en primer lugar como un
aspecto más de la cultura griega, y, posteriormente, unida a la cultura del
imperio romano. Los tratados quirúrgicos de Hipócrates, sobre todo en lo
referente a fracturas y luxaciones, fueron la técnica más avanzada por más de
veinte siglos.
EL IMPERIO ROMANO
Desde los comienzos
de la república romana existieron médicos, pero la medicina no se consideraba
una profesión digna de los ciudadanos, por lo que era ejercida sobre todo por
extranjeros.
Aulo Cornelio Celso (53 a.C.-7 d.C) recogió de forma enciclopédica en un texto denominado "Artes"
el conocimiento médico de su época a pesar de que no era médico. En el libro IV
de "Artes" se enuncian los cuatro signos clásicos de la inflamación:
rubor, dolor, calor y tumor. El libro VII trata sobre cirugía y el VIII sobre
las enfermedades de los huesos. Celso describió por primera vez las ligaduras.
En las fracturas sugirió la utilización de férulas con vendajes de materiales
semirrígidos como la cera y la pasta de harina. También describió cerca de
cincuenta tipos de instrumentos quirúrgicos. Su obra fue desconocida hasta
finales del siglo XIV.
Sorano de Ephesos (98-138
d.C.), perteneció a la denominada Escuela Metódica (fundada por Themison de
Laodicea), así denominada por buscar métodos que facilitasen el aprendizaje y
la práctica de la medicina. A Sorano de Ephesos se le conoce como el fundador
de la obstetricia y ginecología, pero sus escritos abarcaron muchos campos,
incluido la descripción de los síntomas de las fracturas y los vendajes.
En esta época,
también alcanzaron cierto renombre algunos cirujanos de la Escuela Pneumática
(fundada por Atheneo de Atalia). Entre estos destaca Heliodoros (98-117 d.C.), griego que ejerció la cirugía en Roma y
que escribió varios tratados: Sobre Cirugía, Articulaciones y Luxaciones.
Contemporáneo de los
autores anteriores, Rufus de Éfeso, de la Escuela Ecléctica, fue un importante
anatomista y entre sus aportaciones destaca la descripción de los gangliones
tendinosos y su tratamiento mediante compresión.
Durante el imperio
romano, existió otra respetada figura: Galeno
(129-199 d.C.), originario de Pergamo. Fue cirujano de gladiadores y adquirió
cierta experiencia en el tratamiento de heridas, huesos, articulaciones y
músculos. A menudo se le conoce como el padre de la medicina deportiva. Galeno,
en el tratamiento de las enfermedades, prefirió dejar actuar a la naturaleza
(la naturaleza se curaba a sí misma) debiendo el médico solamente ayudarla. Era
partidario del masaje como preparación a la actividad deportiva y entre sus
recomendaciones se encontraba la deambulación, los movimientos específicos y los
ejercicios activos y pasivos como tratamiento de ciertas enfermedades. Galeno
fue también un gran anatomista. Hizo una excelente descripción del esqueleto y
de los músculos que lo mueven, en particular, de la forma en que se envían
señales desde el cerebro a los músculos a través de los nervios. En lo que
respecta a la patología osteoarticular, habla de la destrucción ósea, de los
secuestros y de la reparación en la osteomielitis, llegando a realizar algunas
resecciones en estos casos. Galeno fue el que inició el conocimiento
sistemático de la anatomía humana aplicada al diagnóstico y tratamiento de las
enfermedades: conoció la osteología por el estudio directo del esqueleto
humano, y la estructura de las partes blandas por las disecciones de animales.
En su texto "Sobre los procedimientos anatómicos" explica la
forma de la mesa de disecciones y la técnica de estudio anatómico.
Un estudio de sus
escritos demuestra que Galeno no tuvo experiencia en cirugía general, salvo por
sus referencias a las heridas y algunas lesiones sufridas por los gladiadores.
Se cree que fue el primero que utilizó las palabras griegas, cifosis, lordosis
y escoliosis para las deformidades descritas en los textos hipocráticos.
También diseñó algunos métodos para corregir tales deformidades. El enfoque
principal de Galeno, desde el punto de vista de la "medicina interna"
perduró prácticamente hasta el Renacimiento. La influencia de Galeno fue
decisiva en la evolución de la medicina. En anatomía sus contribuciones a la
osteología y a la miología fueron definitivas a pesar de partir de
observaciones de animales.
El imperio romano
del este (Bizancio) no sufrió el periodo medieval con la intensidad y
características del medievo occidental. Bizancio conservó la estructura social,
y la cultura griega hasta 1453, cuando Constantinopla cayó en manos del Imperio
Otomano. Bizancio fue depositario de los textos griegos, sin que sus médicos
hiciesen grandes aportaciones. Pablo de Egina (625-690 d.C.) escribió en Alejandría
el "Epítome de la Medicina", consistente en siete libros
basados en los textos hipocráticos. Uno de ellos, el sexto, trata de las
fracturas y luxaciones.
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