Hacer en ell cuaderno el cuadro de las fibras artificiales.
Hacer la cartelera sobre el rayon
FIBRAS ARTIFICIALES
Las fibras artificiales provienen de materias
naturales transformadas por sustancias químicas, que proceden sobre todo de la
celulosa o de la pelusa del algodón (celulosa regenerada, ésteres de celulosa,
proteína regenerada, u otras diversas), como la viscosa, el tencel.
Fibras artificiales
Fibras
artificiales celulosicas: rayones
La materia prima es la celulosa. Tienen una gran
resistencia mecánica en seco
Fibras artificiales proteinicas: no han respondido a las
expectativas. Su fabricación consiste en la hilatura de masa obtenidas por la
disolución de proteínas.
Fibrolana o lanitel: se fabrica a partir de la caseína
de la leche disuelta en soda cáustica
Picara: se obtiene de las proteínas del
maíz disuelto en soda cáustica
Rayón alginato: se obtiene de las proteínas de
algas marinas disueltas en sosa cáustica
Las fibras textiles artificiales poseen propiedades
semejantes a las de las fibras naturales. Aunque pueden obtenerse a partir de
proteínas vegetales presentes en determinadas plantas —cacahuete, maíz o soja—,
generalmente derivan de la celulosa y de la caseína. La celulosa, un hidrato de
carbono complejo, es el componente básico de las paredes de las células
vegetales. De color blanco, sin olor ni sabor, sus aplicaciones industriales no
se reducen al campo textil; se emplea, asimismo, en la fabricación de papel,
plásticos o explosivos. Por su parte, la caseína es una proteína rica en
fosfatos, que se encuentra presente en la leche de los mamíferos; por la acción
de enzimas se transforma en paracaseína insoluble (queso).
Las primeras investigaciones sobre fibras
artificiales
La historia de las fibras artificiales comenzó a
partir de los primeros intentos de producir seda artificial. Los principales
avances en este campo se encuentran estrechamente vinculados a las
investigaciones del químico francés Hílaire Berniggaud, conde de Chardonnet
(Besançon, 1839 – París, 1924>, considerado como el auténtico impulsor de la
industria de tejidos artificiales.
Aplicando a la celulosa los disolventes adecuados,
obtuvo una solución densa y viscosa, que filtró a través de una plancha en la
que había practicado previamente diminutos agujeros. Al atravesar la placa, el
líquido formaba pequeños filamentos que, una vez secos, constituían fibras
fáciles de adaptar al hilado y al tejido. Chardonnet había obtenido una nueva
fibra, el rayón. Se trataba de un material semejante a la seda, de gran
resistencia y poco inflamable.
El rayón
Como se ha indicado, el rayón, la más común de las
fibras artificiales, se elabora a partir de la celulosa. El proceso de
fabricación difiere según el procedimiento empleado; en función de ello recibe
la denominación de rayón, viscosa, acetato de celulosa o Bemberg. En el caso de
la viscosa, la celulosa se trata con sosa cáustica concentrada y,
posteriormente, se disuelve en disulfuro de carbón. El proceso en todos ellos
es, no obstante, idéntico en lo esencial.
En un primer momento, la celulosa se reduce a pasta
y, tras ser purificada, se extiende hasta que adopta una disposición en forma
de lámina. El empleo de diversas sustancias químicas, según los diferentes
métodos, permite su solubilización. Como resultado de este primer tratamiento
se obtiene un líquido de apariencia viscosa, que se ultra a través de una
hilera. Se forman así los filamentos, que adquieren la consistencia deseada
gracias a la evaporación del disolvente con que se ha tratado la celulosa, o
bien a través de baños de coagulación. Una vez secos, los filamentos se
retuercen, quedando listos para el proceso de hilado.
El copo de rayón, parecido al de algodón, se
obtiene tras cortar el hilado a determinada longitud. La mezcla de rayón con
seda, lino o algodón permite, siguiendo las técnicas habituales de hilatura,
fabricar tejidos mixtos.
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